martes, 27 de septiembre de 2011

¿Verdad o verdades?

Verdad no es una palabra cualquiera. Cuando la expresamos, ponemos en ella nuestra confianza, fe, y hasta, si me apuráis a nosotros mismos. 

Ya hace tiempo que pienso que hay tantas verdades como personas somos, e inclusive iría más lejos. Podemos tener diferentes verdades ante un mismo hecho o situación a lo largo del tiempo; y eso, no significa que, antes no tuviéramos razón al creer en esa verdad; sino que a medida que vivimos, aprendemos y avanzamos, puede cambiar nuestro enfoque sobre lo que nos rodea y lo que pensamos o sentimos ante ella.

La evolución personal, abre la consciencia y de algún modo, la apertura de visión que tenemos ante la vida y sus circunstancias

Pondré un ejemplo. Si contemplamos el mar, hay quienes sólo verán agua, y tendrán razón. Otros verán que además de agua, hay olas y espuma, y tendrán razón. Otro grupo, disfrutará de los matices de color del agua, del reflejo de la luz sobre ella, del ritmo que tienen las olas y tendrán razón. Otros, mirando la superficie del agua, su color y textura, nos dirán dónde están las corrientes y cómo navegar entre ellas, y seguirán teniendo razón y así sucesivamente.

Todos ellos tienen razón, y defienden su verdad apoyada en su conocimiento. Del mismo modo, en la vida, vamos aprendiendo, evolucionando y creciendo y sin darnos cuenta, nuestra visión se amplía; siendo también, mayor nuestro conocimiento y entendimiento. Lógicamente, las verdades también evolucionan.

Otras veces, la verdad es como un quesito en porciones, parece que está repartida. Cada uno de nosotros, tienen una porción y unidas a otras, completan una verdad. Puntos de vista opuestos, puede que sean complementarios. Para ello es bueno tomar cierta distancia, alejarse y poder contemplar otras posibilidades, de  un modo objetivo. Cuanto más amplia sea nuestra visión, más verdades veremos, que nos harán pensar y reflexionar dándonos la oportunidad de integrarlas y hacerlas nuestras.

Nos encontramos con personas que se toman muy a pecho su verdad, es inamovible, fija y estable. Se aferran a ella como si se tratara de una roca. Y al hablar de tu verdad o de otras verdades, no escuchan, se cierran. Normalmente estas actitudes llevadas al extremo, darían lugar a situaciones dramáticas, desde intolerancia, discusiones, luchas, guerras, etc. ¿Merece la pena llegar a tales extremos por la verdad? Creo que no. En esto sigo siendo camaleónica, voy adaptándome a lo que voy integrando y aprendiendo.

Resumiendo, diré que esta es ahora mi verdad, mañana no se cuál será.


La foto de la imagen es de un mandala mío

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Sobre la marcha, una actitud ante la vida

Sobre la marcha es una de las frases favoritas de una de mis amigas. Frase que se ha convertido en el eslogan, en el leitmotiv que resume cómo actuamos y qué actitud tenemos ante la vida.

Cuando la vida parece que te lleva por caminos insospechados, llenos de baches, carreteras cortadas, barrancos, calles que parecen no tener salida; no quedan muchas opciones, o la vives con alegría y fuerza o te derrumbas. Lo mismo lo aplicamos a los momentos buenos.

Somos personas vitalistas, luchadoras, positivas. Quizá el pasar por pruebas duras en la vida, te enseña a saber sacar lo mejor de una misma. Y sin querer, poco a poco, vas disciplinándote, te animas a continuar con alegría. Lo que al principio parecía algo aparentemente utópico, se convierte en una realidad. 

Esto no significa que no haya momentos en los que te derrumbes, te desesperes o te invada la tristeza. Pero duran cada vez menos y con el tiempo van espaciándose. Cuando esto ocurre, salta el chip automático que te lanza a ver que todo es un aprendizaje, duro eso si, y recuerdas que ya estés triste o alegre la situación va a seguir siendo la misma, por lo que es mejor vivirla desde la positividad.

Sobre la marcha, es la frase que llama al arrebato, a la lucha positiva. Te obliga a centrarte en el presente, a valorar todo lo que eres y con lo que cuentas; y sobre todo, a dejarte llevar y fluir, porque aprendes que aunque quieras ir en una dirección, y tengas todo planificado, la vida lo vuelve del revés. No vale la improvisación, ni el pasotismo. Tal vez se trate más de tener paciencia, calma y tranquilidad, para desde ellas, poder dejarse llevar por el ritmo de las circunstancias, y a la vez, no dejar de ser una misma.

Sobre la marcha, es una actitud, que da la posibilidad de aprender y avanzar, pues invita a conocerse en profundidad, tanto en los buenos como en los malos momentos. No hace falta nada para llevarla a cabo, sólo tenerla presente porque la vida se encargará de recordárnoslo en cualquier momento.


La imagen de la foto es de un mandala mío, que se llama Alegría.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Las contradicciones de cada uno

Somos contradictorios, a veces pensamos una cosa y hacemos lo contrario. Aunque estemos atentos, de vez en cuando se cuela alguna y nos sorprende. Las contradiciones bien mirado son una alerta para pensar en cómo actuar, sentir. No dejan de ser una ayuda. 

Otra cosa bien distinta, es cuando son las contradicciones las que gobiernan nuestra vida. En este caso, más vale ser sinceros con nosotros mismos y ver en qué punto estamos, tal vez, sean los miedos o las dudas, los que nos superan ante la toma de decisiones.

Estas semanas he visto varios casos que me han llamado la atención, porque eran muy evidentes, una cosa era lo que decían y otra la actitud que tomaban para conseguirlo. No entro en criticar, ni juzgar, sólo expongo los hechos.

A modo de ejemplo, pongo un par de casos que me han llamado más la atención.

Una persona me comentaba que quería tener pareja y que ya estaba harta de tener relaciones vacías que no le aportaban nada. Quería encontrar a una media naranja, he escrito una  y no a su media naranja, pues así lo contaba él, que compartiera con él su forma de vida, su manera de pensar, sus expectativas, y sobre todo, que durara eternamente. Decía, una compañera de vida. Mientras hablaba su tono, sus ademanes daban a entender que pocas personas podrían estar a su altura; y sobre todo, algo que me llamo mucho la atención, no quería, no deseaba, exijía desde cierta superioridad

¿Podemos exigir al amor o debemos adaptarnos al él, siempre y cuando nos amemos? ¿Se puede amar desde la exigencia? 

Cada uno vive a su manera y pide al amor lo que considera que necesita para ser feliz. Pero me parece que amor y exigencia no es lo más parecido a buscar a un igual. Vuelvo a decir que no juzgo, ni critico. Expongo los hechos tal y como sucedieron.

Y otro caso, esta vez es el contrario. Una persona que mantiene una relación amorosa, la vive intensa y plenamente. Conviven en la misma casa, la pagan conjuntamente, llevan a los niños al colegio, etc. pero a la hora de preguntarle qué tipo de relación tienen, dice que no son pareja sino amigos. La palabra pareja, le aterra, piensa en ella y le sale un sarpullido, huye del compromiso, pero los hechos indican lo contrario. Está totalmente comprometido en su relación, pero no quiere verlo, tiene pánico a la idea de que ser encasillado, de perder su libertad. Pero no ve, que es la primera persona en estar ahí, en hacer hogar.

Una vez más, tengo claro que las palabras se las lleva el viento, y lo que al final, permanece, son los hechos. Y las contradicciones nos dan la posibilidad de poder tomar decisiones desde varios puntos de vista. El problema surge cuando el corazón y la mente, piensan de manera opuesta con la misma fuerza. Quizá la mejor manera de no sufrir por las contradicciones es aceptarlas tal y como son, a veces una complicación y otra, una herramienta para conocernos mejor. 


La foto de la imagen es de un mandala mío.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Trabajando con los aromas

Llevo unas semanas haciendo una pequeña locura. Nada grave, más bien es un experimento relacionado con el aroma y sus propiedades.

Normalmente tengo una colonia fija que suelo ponerme más o menos a diario, que me gusta mucho. Hace unos días estaba tan cansada que se me olvidó ponerme unas gotas de mi perfume. Pensé que camino al trabajo podría parar en una perfumería y porqué no, pedir una fragancia que fuera estimulante, que ayudara a levantar el ánimo en los días que estás agotada o triste. El perfume que uso, para mi es un todoterreno, vale para todos los momentos, pero nunca se sabe si vas a encontrar otro que pueda gustarte más o que se adapte a todas tus necesidades.

Me planté en la perfumería y les comenté que quería un perfume que fuera estimulante, revitalizante. Me enseñaron unos que nada tenían que ver con lo que pedí, más bien al contrario. Después de estar hablando un rato con las chicas de la tienda, me dijeron, hablas despacio y dulcemente, te va este perfume. Era dulce y no digo que no fuera rico pero no es lo que quería. Así que, salí de allí pensando que quizá había pedido algo casi imposible de conseguir.

Ayer a la tarde, volví a repetir la misma experiencia. Esta vez, yendo a otro establecimiento. Al principio, las chicas se quedaron mirándome espantadas, casi les oía pensar. Una de ellas, me miró; después se giró a la estantería llena de perfumes y, me dijo que no sabía cuál de todos ellos, podía ser estimulante pero que me enseñaría alguno que ella creía que podía ser agradable. Al rato, me atendió otra chica. Esta vez, entendió lo que quería. Me dijo, colonias estimulantes pueden ser algunas cítricas, otras con té verde, me enseñó cuáles; también, están éstas, dándome a probar otras que llevan pimienta. reconozco que tenía razón, espabilaban. Otra cosa es que me gustara cómo quedaban en mi piel.

Los aromas nos acompañan desde que nacemos. Uno de nuestros sentidos es el olfato. Asociamos aromas a momentos de nuestra vida, a personas, situaciones, vivencias.

Podemos usar un aroma no sólo para perfumarnos, también para trabajar junto a ellos. Por ejemplo, para relajarnos, meditar, cuando queremos crear un ambiente determinado, etc. Para ello podemos usar desde inciensos naturales, esencias, aceites, velas, etc. En mi caso, suelo utilizar incienso natural ya sea de sándalo, ruda, jazmín, mirra. Unas veces enciendo una barrita de incienso mientras trabajo; otras, antes de acostarme, o si estoy meditando. No siempre utilizo la misma, varío. Va en función de lo que siento que necesito.

Para mi el aroma ya sea un perfume, un ambientador, incienso, etc. es más que un complemento, es una herramienta que habla de mi. Me ayuda a conocerme aún más; pues me indica que tipo de aroma elijo, si es estimulante, relajante, equilibrante.  

Y en cuanto a los perfumes, me temo que aún no tengo el dinero suficiente para que un perfumista cree un perfume único para mi. Todo llegará, que de ilusión también se vive. ;). Mientras tanto, seguiré disfrutando del que tengo, que me encanta.


La foto está sacada de internet. Desconozco quién es su autor.   

martes, 6 de septiembre de 2011

Presentación de un nuevo blog

Esta vez, traigo una pequeña novedad. He abierto otro blog, se llama Comunicación entre dos mundos, vida y muerte. Llevaba un tiempo dándole vueltas a la cabeza a esta idea y al final, me he decidido.

Sois bastantes los que preguntáis por cómo comunicarnos con nuestros seres queridos, la mediumnidad, las canalizaciones, etc. Y en el nuevo blog, intentaré dar cabida a todos ellos y alguno nuevo, como por ejemplo, prepararnos para vivir la vida y la muerte, el acompañamiento de almas, etc.

Todavía le falta algo de alicatado, pero lo importante, que es la información, ya ha empezado a caminar y continuará haciéndolo a lo largo de estos días.

Espero que os guste. 


La imagen está sacada de internet y es una flor de loto. Desconozco quién es su autor y si alguien desea que se quite, no tiene más de decirlo.