jueves, 27 de septiembre de 2012

Frecuencias solfeggio o sonidos sagrados

El sonido, la música, el ritmo, la frecuencia, todo es uno y hacen que vibremos bailando, relajándonos, disfrutando de ella. Quiero presentaros los sonidos sagrados o solfeggios.

Hace poquito he conocido los sonidos o frecuencias solfeggios. No se trata de nada nuevo, pues el sonido forma parte del hombre. En este caso, se utiliza la frecuencia que emiten las notas para que éstas además de ser música, ayuden a mejorar, a aprender, relajar, a sanar o equilibrar.

Sigue sin ser nuevo, lo se. Estas frecuencias, se basan en un canto gregoriano que ya utilizaba dichas frecuencias, para con ellas, ayudar a transformarse. El poder del sonido y de la música es enorme, la misma canción o melodía, mueve sentimientos, sana emociones, llena los corazones de recuerdos, nos eleva o ayuda a conectar con nosotros mismos, etc.

Estos sonidos, los que he escuchado, no se si ayudarán a integrar, a sanar, a abrir la conciencia, pero relajan mucho, y ya por eso me gusta compartirlo con todos vosotros.

En internet hay mucha información sobre las frecuencias solfegio. Os invito a investigar por vuestra cuenta, que experimentéis y descubráis lo que sucede o sentís. Adelante.

Dejo aquí un vídeo de la frecuencia solfeggio 852 Hz, se relaciona con la nota La y ayuda a conectar con la intuición.


 


No soy músico, ni científico; estoy compartiendo una información que me ha llegado. De momento, lo que he notado es que me relaja mucho y duermo mejor, aunque no escuche estas frecuencias a la hora de acostarme.

Me gustaría recalcar que cada uno saque sus propias conclusiones y si le apetece trabajar o descubrir qué ocurre, les animo a escucharlas y a explorar.
 
Las frecuencias son las siguientes, 

Ut o Do, 396 Hz y ayuda a liberar el miedo y la culpabilidad.
Re, 417 Hz, ayuda a deshacer las situaciones o bloqueos y facilitar el cambio.
Mi, 528 Hz ayuda a cambiar, transformarse y a la reparación del ADN.
Fa, 639 Hz, ayuda a en las relaciones.
Sol, 741 Hz, ayuda en el despertar de la intuición.
La, 852 Hz, ayuda a la conexión espiritual.


El vídeo es de Youtube y la imagen está tomada de internet. Desconozco quiénes son sus autores.

martes, 18 de septiembre de 2012

La comunicación, un puente abierto a aprender

Comunicarse es una necesidad del ser humano, es la herramienta que nos permite expresar lo que sentimos.

Podemos relacionarnos a través de la palabra, del arte, de las miradas, de los sueños, de los silencios, de los abrazos, a nivel espiritual y del alma, etc. 

Comunicarse es ir más allá de hablar, porque es abrirse a uno mismo para sí y hacia los demás.

Hace pocos días, una chica de veinte años me comentaba que se sentía bloqueada y notaba que se estaba consumiendo porque no podía comunicarse con nadie mientras trabajaba. Decía, que podía hablar pero no comunicarse. Era muy consciente de que necesitaba contar lo que le ocurría y sentía, y no encontrada con quién hacerlo.

Expresar en voz alta, contar lo que sentimos o pensamos a otra persona, es una especie de desnudo integral que no tiene que ver con el físico. Incluso puede llegar a ser más vulnerable, porque muestra cómo somos, en qué momento estamos de nuestra vida, con qué miedos o inseguridades estamos luchando o triunfando, qué sueños o deseos tenemos y qué estamos haciendo para conseguirlos.

Saberse escuchado es importante para el ser humano; nos sentimos queridos, importamos a todos los niveles, físico, mental, espiritual. Somos un todo, y nos damos a conocer a los demás.

La comunicación es de ida y vuelta, es decir, se trata de saber hablar y escuchar. Cuándo debemos expresar, compartir ideas, ocurrencias, vivencias, y saber cuándo debemos estar en silencio, ocupándonos de los demás. Es una experiencia enriquecedora, que nos permite aprender de los seres que nos rodean. Compartimos momentos de proximidad muy íntimos sin ser rozados más que por la acción de ser escuchados; y con suerte, puede que además comprendidos.

No se necesita nada para comunicarse, salvo la de estar abiertos a ser, a compartir, a estar, a dar y a recibir, a aprender. A veces, entenderemos lo que sienten o piensan los demás porque es lo que hemos vivido. Otras en cambio, nuestras ideas pueden ser completamente opuestas y si estamos dispuestos a escuchar con el corazón, veremos que aún siendo distintos, nos une el hecho de compartir un espacio, un tiempo único donde lo realmente importante es el poder expresarse y saberse escuchado.

La comunicación es imprescindible, pues sin ella, nos vamos apagando, nos bloqueamos y perdemos la ilusión. Saberse escuchado, es un aliciente para seguir pensando en voz alta, para sentir a pleno pulmón y a abrir el corazón a aires nuevos que traen consigo la renovación, el impulso, la valoración y el amor hacia uno mismo y los demás.


La imagen está tomada de internet y desconozco quién es su autor.

lunes, 10 de septiembre de 2012

El sueño de Angelita está en marcha

A veces, lo sueños también se cumplen. Y este lleva en marcha muchos años.

Esta historia tiene varios personajes, el principal se llama Angelita. Es una mujer con mucha fuerza y energía. Es acogedora a igual que su familia, y derrocha una vitalidad que a veces cuesta seguir aún siendo más joven.

Uno de los sueños de Angelita, era dar a conocer y reunir las obras de su padre, Lorenzo Luis Yanguas. Lorenzo era músico y compositor, fue profesor de música en un pueblo de Navarra y escribió numerosas obras para bandas, especialmente, bailables. Por una serie de circunstancias, entre ellas la guerra civil, hizo que su obra quedara repartida en muchos lugares, perdiéndose algunas de sus obras.

Gracias al tesón de Angelita, de su empeño, que ha ido poniéndose en contacto con músicos y bandas, poco a poco la obra de Lorenzo, ha ido reuniéndose. Este sueño, tiene una página web, dedicada a la obra de su padre. En ella, además de su vida, podremos encontrar, un archivo digital, desde el que lo desee tener acceso a sus composiciones.

La página se llama, Lorenzo Luis Yanguas; sus autores, siguen la estela de Angelita y de Lorenzo, se trata de una nieta y de uno de sus biznietos, Marian y Odei, también músico, quienes han hecho posible que la ilusión de su madre y abuela sea posible.

Cuando conocí esta historia me gustó, porque para ella, su padre está vivo, y es real a través de su trabajo. Oír hablar a Angelita de su padre, y el amor con el que quiere que su obra pueda volver a estar junta, es admirable. Han pasado muchos años desde la muerte de Lorenzo, pero eso no ha desmotivado a Angelita, cuya vitalidad es enorme y contagiosa. Esa misma fuerza es la que ha hecho posible que pasados tantos años, se haya podido poner en marcha este proyecto.

Y, ayudando a Angelita, están sus hijas y su nieto; buscando, registrando, subiendo a la red y poniendo a disposición de quienes lo deseen, la obra de su abuelo.

Ahora mismo, no se quién está más contento, si Lorenzo viendo que su obra está junta o su hija Angelita que está ve que su sueño se está haciendo realidad. Esta historia aún no ha acabado, se ha sembrado mucho y ahora, se puede comenzar a ver parte de sus frutos. 

Es hermoso comprobar cómo los sueños se pueden convertir en realidad. En este caso, los ingredientes que lo han hecho posible son, la confianza y el amor. El amor de un hija hacia su padre, y de unas hijas y nietos hacia la suya. Y por supuesto, la fuerza, el tesón y el hecho de ser una familia unida y que cree en ellos, en sus posibilidades.


La foto es de Lorenzo Luis y tengo el permiso de la familia para publicarla