
Hay veces que no sabes muy bien el porqué, hasta que te paras a pensar un poco y lo descubres, viendo como llega la misma información a tu vida a través de distintas personas o sucesos.
Hará un par de meses una persona que sigue este blog me mandó un carta que había escrito a un ser querido. Una carta de amor. En ella se reflejan todos los sentimientos, las oportunidades, las vivencias más profundas, lo que fue y lo que no pudo ser. Escrito desde el corazón y de manera muy bella, sólo pude mostrar mi admiración a tan hermosa declaración de amor, amor del verdadero. Pensaba que estás cosas no pasaban, a mi nunca me había sucedido y estaba emocionada al sentir todo lo que transmitía esta persona cuando hablaba de lo que había vivido.
Descubrí que era posible y me pareció estupendo. Da esperanza. No volví a pensar en ello.
Hace dos semanas durante una consulta de tarot, volvió a aparecer el tema del amor. Normalmente las preguntas que tienen que ver con el tema amoroso suelen venir acompañadas de situaciones críticas, rupturas, malos ententidos, etc. El tarot es especial, siempre responde a lo que necesitamos saber y muchas veces coincide con lo queremos saber. La persona que consultó no preguntó por el amor, si no por el trabajo. Le contestaron a su pregunta pero siguieron su camino, le hablaron del amor que sentía su pareja por ella. Un amor sincero, entregado, positivo, alentador, confiado. Ella se sentía feliz, las cartas confirmaban lo que ya sabía y vivía y le animaban a dejar sus miedos atrás y vivir plenamente su relación de amor.
Seguí sorprendiéndome y maravillándome de ser espectadora nuevamente de una situación amorosa en la que todo fluye en la dirección de lo que para mi es el amor verdadero.
Hace unos días me presentaron a un matrimonio que lleva bastante tiempo casado. Me encantó la manera de mirarse, de escucharse, de complementarse, de mirarse a los ojos, el respeto y la armonía con que viven. Se notaba que el amor estaba en ellos, se podía palpar y también fue maravilloso poder ser testigo de ello.
Y ayer, una gran amiga mía me hizo un regalo. Ella es quiróloga, lee de las manos, y está impartiendo un curso de quirología. Me llamó para ver si me apetecía que sus alumnas practicaran leyendo mis manos. Allí fui encantada de la vida. Me lo pasé genial.
Cogieron mis manos, primero describieron mi carácter, mis gustos, cómo había sido mi paso por la vida y los golpes duros o afortunados a los que me había enfrentado y cómo había salido de ellos. También me hablaron de mi presente y futuro dándome datos concretos y mucha información sobre muchos temas.
Cosa curiosa, también hablaron del amor. De cómo vivo el amor y de si soy selectiva a la hora de encontrar pareja. Les dije que sí lo soy y les expliqué que creo en el amor, en el amor compartido, de tú a tú, basado en el apoyo, el respeto, la admiración, la risa, el mano a mano, la lealtad, la confianza, la amistad, la verdad, la complicidad....
Ahora aquí sentada, mirando hacia atrás me pregunto, si tal vez, estas nuevas experiencias que he vivido siendo testigo del amor verdadero de otras personas, no pueden ser la señal para que esté atenta a lo que pueda llegar a mi vida. Simplemente eso, un aviso que diga tú también puedes vivirlo.
Es cierto que aún no lo he sentido así de pleno, nunca he renunciado a ello, pero estoy segura que cualquier día de estos encontraré la persona adecuada y lo viviré. Mejor dicho, nos encontraremos y lo viviremos juntos, porque el amor es cosa de dos.
La foto de la imagen, es de un Mandala mío.