
Ya estoy aquí, ya han pasado todas las fiestas importantes, al menos por un tiempo, y dispuesta a seguir escribiendo y compartiendo lo que siento con todos vosotros.
Llevo un tiempo observando que las personas cada vez más, tenemos una necesidad muy grande de hablar y contar lo que nos sucede.
Desde mi trabajo de tarotista estoy en contacto con mucha gente, muchas veces los temas por los que se pregunta son los típicos, amor, trabajo, salud, familia, pero cada vez más se busca hablar, charlar y sobre todo, ser escuchados. Me ha resultado curioso ver que personas que no me conocían de nada, ni sabían a qué me dedico, y también personas que me conocían, me han contado su vida, ya sea en una parada del autobús, telefónicamente, en la calle, tomando un café... Hemos estado hablando durante un par de horas y al final comentaban que tenían más calma, más paz y se sentían mejor.
Muchas de estas situaciones hacen que piense que tal vez, en este mundo tan globalizado y en que todo lo que aparentemente necesitamos está a toque de un clic, también es el más lejano a todos, el más individual y más solitario. La incomunicación lleva a la soledad aún estando rodeada de seres queridos, a la frustración y a la amargura. No soy psicóloga, pero creo que el temor a expresarnos en parte es un tema educacional y de falta de confianza en nosotros mismos.
Es evidente que la comunicación falla, tal vez no sabemos o no podemos expresar lo que sentimos, deseamos, necesitamos. Cuando encontramos la persona que nos escucha, sentimos que pisamos tierra segura, nos abrimos a ella, compartimos nuestros temores y miedos, nadie nos juzga, ni critica. Somos nosotros mismos. Quizas este sea el primer paso para ser conscientes de cómo queremos que sea nuestra vida, en qué momento nos encontramos, o a pesar de ver que estamos bloqueados contamos con alguien que nos tiende una mano, dándonos cuenta que no estamos sólos y que el compartir experiencias, aventuras, dilemas, problemas, sueños, deseos nos une más a los demás seres humanos.
Quiero dar las gracias a todos los que he escuchado y me han escuchado, por todo lo que he aprendido junto a ellos y con el paso del tiempo espero que podamos considerarnos amigos.
Por cierto, ¿alguien se une a esta terapia de la escucha?
La foto la he encontrado en la red.