Ya estoy aquí, ya han pasado todas las fiestas importantes, al menos por un tiempo, y dispuesta a seguir escribiendo y compartiendo lo que siento con todos vosotros.
Llevo un tiempo observando que las personas cada vez más, tenemos una necesidad muy grande de hablar y contar lo que nos sucede.
Desde mi trabajo de tarotista estoy en contacto con mucha gente, muchas veces los temas por los que se pregunta son los típicos, amor, trabajo, salud, familia, pero cada vez más se busca hablar, charlar y sobre todo, ser escuchados. Me ha resultado curioso ver que personas que no me conocían de nada, ni sabían a qué me dedico, y también personas que me conocían, me han contado su vida, ya sea en una parada del autobús, telefónicamente, en la calle, tomando un café... Hemos estado hablando durante un par de horas y al final comentaban que tenían más calma, más paz y se sentían mejor.
Muchas de estas situaciones hacen que piense que tal vez, en este mundo tan globalizado y en que todo lo que aparentemente necesitamos está a toque de un clic, también es el más lejano a todos, el más individual y más solitario. La incomunicación lleva a la soledad aún estando rodeada de seres queridos, a la frustración y a la amargura. No soy psicóloga, pero creo que el temor a expresarnos en parte es un tema educacional y de falta de confianza en nosotros mismos.
Es evidente que la comunicación falla, tal vez no sabemos o no podemos expresar lo que sentimos, deseamos, necesitamos. Cuando encontramos la persona que nos escucha, sentimos que pisamos tierra segura, nos abrimos a ella, compartimos nuestros temores y miedos, nadie nos juzga, ni critica. Somos nosotros mismos. Quizas este sea el primer paso para ser conscientes de cómo queremos que sea nuestra vida, en qué momento nos encontramos, o a pesar de ver que estamos bloqueados contamos con alguien que nos tiende una mano, dándonos cuenta que no estamos sólos y que el compartir experiencias, aventuras, dilemas, problemas, sueños, deseos nos une más a los demás seres humanos.
Quiero dar las gracias a todos los que he escuchado y me han escuchado, por todo lo que he aprendido junto a ellos y con el paso del tiempo espero que podamos considerarnos amigos.
Por cierto, ¿alguien se une a esta terapia de la escucha?
La foto la he encontrado en la red.
8 comentarios:
Sin duda hablar y escuchar es fundamental. Curiosamente, hoy leía en el blog de Wuicho, "El Tarot del Ahora", un post que incide en lo mismo; en cómo alguien le pidió explicitmente que le permitiera desahogarse. Y a veces las palabras no son suficientes para hacer comprender todos los sentimiento. Un gran abrazo
Hola Hada guapa
Si es que las casualidades no existen. Gracias por la información, visitaré el blog que has comentado.
Lo que más me ha llamado la atención, es el gran aumento de la necesidad de desahogo que he visto desde hace poco y lo que escucho no tiene que ver con la crisis económica, tiene que ver más con los cambios internos y los miedos.
Siempre es un placer leerte Hada.
Besotes grandes para ti y los tuyos.
Dichosos somos Mandalas, las que tenemos la suerte de haber encontrado alguien con quien poder poner en práctica todo lo que tu nos dices en este post.
Te copio y pego parte:
.......... Cuando encontramos la persona que nos escucha, sentimos que pisamos tierra segura, nos abrimos a ella, compartimos nuestros temores y miedos, nadie nos juzga, ni critica..NO NOS DA MIEDO SER NOSOTROS MISMOS SI SENTIMOS EL CARIÑO DEL OTRO.
Besos
Hola Montañas
¡Qué bonito lo que has escrito y qué verdad más grande! Está todo dicho.
Besotes guapa
Escuchar, hablar es muy bueno. Ahora da la sensación de que cada uno va a lo suyo y nada más.Muy buen pòst.
Gracias
Besos
Hoy ese el gran problema que ya se veía venir hace unos años...
Se vive muy apurado todo son prisas, estres y no hay un momento para dialogar o meditar hasta con uno mismo y menos con alguien de nuestro entorno.
Existe mucha soledad y falta de cariño dos puntos que siempre van unidos.
Si tienes cariño no hay soledad...si hay soledad es que no existe cariño.
Me pasó una cosa muy curiosa hace tiempo, estando en una reunión alguien me pidió la mano para trasmitirme su calor emocional y yo sin más la retire.
Luego cuando estaba en casa meditando sobre ello, llegue a una conclusión no intentaba dar sino recibir...
Y a partir de ese día soy yo la que siempre la extiendo...
Un abrazo de afectos rodeados de amapolas silvestres, al contemplarlas recordarás quien te las ha dejado...
María del Carmen.
Hola Anamorgana
Si es cierto que vamos muy rápidos en la vida, demasiado y a veces nos perdemos muchas cosas bonitas, entre ellas una buena conversación. Al menos aquí, con los blogs, intentaremos que eso no pase.
Besotes
Hola Gata
Qué experiencia más bonita la que viviste Gata. Sobre todo, la conclusión a la que llegaste, la de dar a partir de ese momento extender la mano. ¡Cuánto se agradece una mano cálida! Sientes que no estás sola.
Gracias por extender aquí tu mano llena de amapolas, calidez y corazón.
Besotes guapa
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