
Hoy se celebra el 50º aniversario de la creación de una serie mítica de dibujos animados, Los Picapiedra. No he podido resistir la tentación de caer en la nostalgia, de recordar que crecí viéndolos en una televisión de blanco y negro. Y que a mis 43 años sigo acordándome de ellos y al hacerlo la sonrisa no se borra de mi cara.
Ahora que ha pasado el tiempo, reconozco que estaban muy bien definidos los personajes, incluyendo los tópicos asociados al género masculino y femenino. Siendo niña me gustaba que Pedro Picapiedra diera su famoso grito, yadabadadabuuuuuu, que Dino saliera a recibirle, que su amigo Pablo fuera tierno y sensible siendo el contraste perfecto con el carácter de Pedro....
Me encantaba el troncomóvil y cómo movían las piernas para que éste andara. También cómo habían incorporado los adelantos tecnológicos, los electrodomésticos como el lavavajillas en el que un pájaro o dinosaurio limpiaba los platos; los periódicos, donde los pájaros con el pico escribían las noticias en la roca; el teléfono que era un cuerno; la bolera y los bolos, etc. Un mundo que a los niños nos parecía divertido y en el fondo, dábamos por hecho que así había sido la prehistoria.
Y lo más divertido para nosotras, mi hermana y yo, era que Pedro Picapiedra era idéntico a su padrino, la misma cara. Eso añadía un plus, la imaginación echaba a volar y ya no era Pedro sino Víctor el que tenía una doble vida, la real y en dibujo animado. Claro, todo ello con la perspectiva de dos niñas pequeñas.
He encontrado un youtube unos segundos de la introducción de la serie, con el famoso grito de Pedro.
Ahora que ha pasado el tiempo, reconozco que estaban muy bien definidos los personajes, incluyendo los tópicos asociados al género masculino y femenino. Siendo niña me gustaba que Pedro Picapiedra diera su famoso grito, yadabadadabuuuuuu, que Dino saliera a recibirle, que su amigo Pablo fuera tierno y sensible siendo el contraste perfecto con el carácter de Pedro....
Me encantaba el troncomóvil y cómo movían las piernas para que éste andara. También cómo habían incorporado los adelantos tecnológicos, los electrodomésticos como el lavavajillas en el que un pájaro o dinosaurio limpiaba los platos; los periódicos, donde los pájaros con el pico escribían las noticias en la roca; el teléfono que era un cuerno; la bolera y los bolos, etc. Un mundo que a los niños nos parecía divertido y en el fondo, dábamos por hecho que así había sido la prehistoria.
Y lo más divertido para nosotras, mi hermana y yo, era que Pedro Picapiedra era idéntico a su padrino, la misma cara. Eso añadía un plus, la imaginación echaba a volar y ya no era Pedro sino Víctor el que tenía una doble vida, la real y en dibujo animado. Claro, todo ello con la perspectiva de dos niñas pequeñas.
He encontrado un youtube unos segundos de la introducción de la serie, con el famoso grito de Pedro.
La foto está sacada de internet y desconozco quién es su autor y no tiene copyright.