sábado, 15 de mayo de 2010

Día de pequeñas locuras divertidas

Hoy es un día en el que hay que salir a la calle vestida con traje de neopreno. Diluvia, hace mucho viento y frío. Un día que en teoría sería ideal para quedarse en casa pero he decido hacer una pequeña locura que me ha hecho ser niña de nuevo, no sentir ninguna preocupación salvo la de no salir volando por los aires y muy divertida.

Esta mañana, he cogido el anorak que es impermeable, un sombrero de lana como el que llevan los pescadores bretones para la pesca, botas katiuskas y un paraguas más de adorno que útil por el viento que hace. Pensado en el viento he decidido ir a ver si saltaban las olas en el Paseo Nuevo. La marea estaba en plena bajamar y se veían las rocas, el agua formaba pequeñas cascadas entre ellas, había olas pero no saltaban sobre la calle. Seguro que esta tarde en pleamar alguien se llevará algún pequeño susto al saltar las olas a la acera.

El mar estaba bravío, picado, rugía. Mirabas el color del agua y te perdías entre el gris oscuro del horizonte pasando por el aguamarina verdoso con ribetes blancos de la espuma de las olas, el verde esmeralda..... El cielo estaba gris, muy gris. Y de repente, de una lluvia intensa ha pasado a diluviar. No se podía abrir el paraguas porque el riesgo de convertirte en Mary Poppins y acabar inventado un deporte nuevo tipo kitesurf a lo donostiarra era muy grande.

La lluvia era una cortina de agua impresionante, el viento hacía que tuviera que sujetar el sombrero porque volaba y caminar inclinada para protegerme de él. No había un lugar para resguardarse. No era la única que estaba allí, paseando si. He me he cruzado con cuatro personas que estaban haciendo footing y bicicleta.

Alguien dirá que era una situación relativamente incómoda pero he sido feliz. La lluvia mojaba mi cara, sentía su sabor dulce, el agua y el viento hacían que se pegaran los pantalones a las piernas. Mi mirada iba al mar, a los grises, verdes, al monte Urgull e Igeldo, verdes intensos, al cielo y a la cortina de agua y me sentía viva, muy viva. Me he sentido niña, he jugado con el agua. Lo menos importante era mojarse, lo mejor divertirse, ser feliz en situaciones un tanto atípicas. ¿Cuántas veces hemos deseado poder ser mojados por la lluvia y sentirse Gene Kelly? Ha sido fascinante.

En cuanto he llegado a casa, he ido derechita a darme una ducha calentita que ha sido muy reconfortante. La ropa, sombrero y anorak incluídos, eran más impermeable de lo que pensaba, menos mal, y salvo los pantalones, el resto no ha calado.

Con la sensación de haber vivido una locura maravillosa ahora toca disfrutar de la tarde. Quién sabe todavía viviré más situaciones divertidas. Por cierto, sigue diluviando....


La foto es de la película Cantando bajo la lluvia.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro que pasaras un rato divertido.
Ver las olas invadir el paseo es divertido si no estás allí.
Si hay viento fuerte mejor prepararse para agarrarse a lo primero que pilles, he estado y me pasó.
Eran otros tiempos.
Te entiendo, yo he estado por aquí bajo la lluvia y sin paraguas. Si, no estuvo mal, quitó algunas telarañas.
Un abrazo

Hada Saltarina dijo...

Me has recordado mucho a un relato que escribí y las sensaciones de un día parecido lo que pudieron enseñarme. Si deseas leerlo, creo que lo tengo en la sección de relatos como "Los tres camino". Te deseo un buen fin de semana, aunque sea... "Cantando bajo la lluvia". Besos

EriKa dijo...

Parece una locura salir a pasear con ese viento y diluviando, pero ¿quien dice eso? ¿quien marca las pautas de lo que está bien o mal? ¿cuales han sido las consecuencias?... que has acabado un poco mojada ¿y lo feliz que nos hace a veces romper las reglas? siempre que no hagas daño a nadie podemos permitirnos hacer alguna locura y así ver que eres tu quien dirige tu vida y no lo que está establecido, ¿a que te has sentido bien y hasta un poco libre?.

Besos.

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Ana Morgana guapa

Gracias, me divertí un montón. Ver saltar las olas es maravilloso y para eso tienes que estar ahí. Los de San Sebastián cuando "vamos a ver las olas", lo hacemos de dos maneras, mirando y para eso no hace falta nada más y jugar con ellas a que te mojen. Entonces tienes que ir preparado. En mi caso, ayer iba a mirar.

Ya siento que te pillara una ola. Si no estás preparada sienta fatal porque te empapa y si hay viento se pasa mucho frío.

Pero no puedo negar que es muy divertido.

Besotes guapa y la próxima no nos mojaremos ;).

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Hada guapa

Claro que sí, Hada. Lo buscaré y lo leeré encantada. Gracias por comentarlo.

Hoy ha salido el sol y ha hecho muy bueno. Y lo he aprovechado lo mejor que he podido. :D.

Gracias por tus deseos.

Besotes.

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Erika guapa

Totalmente de acuerdo contigo. No es la primera, ni será la última vez que haga estas cosas. Suelo hacerlo bastantes veces, es la sal de la vida.

El ser libres como tú dices, desde el respeto a los demás y a una misma es maravilloso y si haciendo pequeñas locuras como estas disfrutamos tanto, ¿cómo nos sentiremos cuando hagamos y nos comprometamos con algo más importante? Felices y que nos quiten lo bailado.

Un besote grande guapa.

Roberpf dijo...

Con todo lo que llueve en nuestra tierra (también vivo en Euskadi), o aprendemos a disfrutar de la lluvia o nos morimos :p

A mí también me encanta pasear (adecuadamente equipado, eso sí) bajo la lluvia y de eso, aquí en Siberia-Gasteiz) tenemos para aburrir :-)

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Roberpf

En Gazteiz hace mucho más frío y nieva más. Tengo familia en Vitoria y de vez en cuando suelo ir, no mucho pero alguna escapadita suele caer.

Desde luego, o nos unimos al tiempo o malo. Hay que saber aprovechar las oportunidades que tenemos para disfrutar de todo.

Me alegra verte por aquí.

Un besote.

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Gata guapa

Sigamos compartiendo y aprendiendo los unos de los otros. Es muy una experiencia muy bonita y enriquecedora.

Besotes.

Retroclásica dijo...

Hace unas semanas revisé la película (algo que se ha convertido en un rito cada dos años, más o menos). La película anima mucho. Y la famosa secuencia (en la que todos envidiamos cuando Gene Kelly chapotea como un niño en los charcos) es, para mí, la máxima expresión audiovisual de la felicidad.

Una vez una andaluza me preguntó: en Donosti, cuando llueve, ¿salís a la calle? Sorprendida, entendí que allí llueve tan poco que aprovechan para refugiarse. Pero aquí, si esperas a que salga el sol enmoheces en tu sofá. Pasear por la ciudad sin paraguas, con impermeable y gorro, es un placer. Además, la lluvia tiene su aquél, para mí es vida. Eso sí, no le perdono cuando se va de marcha con el viento...

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Fanny

Sí, es una película vital y llena de magia. Tendré que volver a verla.

Ahora estoy recordando que me comentaste que en esa escena de Gene Kelly bailando, decía que era feliz y eso que llovía. Algo parecido me pasó a mi.

Tuve un novio mallorquín y le pasaba lo mismo que a la chica andaluza. Le sorprendía que saliéramos a la calle lloviendo e hiciéramos vida normal. En Mallorca solía decir, allí salen aunque llueva y todos me miraban con cara rara, ajajajajajajaajaaja.

Besotes.