miércoles, 12 de mayo de 2010

Reflexiones en alto sobre el enganche amoroso

Ayer me quedé reflexionando sobre lo vivido durante una consulta de tarot. El tema una vez más era el amor, desde un punto de vista algo distinto, desde el enganche. Una relación finalizada, rota, en la que habían primado más las ambigüedades que las verdades, pero en el fondo, un deseo de una vuelta a empezar, a probar de nuevo.

La persona que consultaba ya había tomado la decisión con cierta deportividad pero su corazón no lo terminaba de aceptar. Tenía miedo de si al dejar todo zanjado, se perdía la gran oportunidad de su vida a nivel amoroso. Las pruebas no decían eso, pero cada uno es libre de tomar sus propias decisiones y de vivirlas de acuerdo a sus expectativas. Es lo mejor que tenemos, el poder elegir, el ser responsables de nuestras decisiones, el libre albedrío.

Para mi, esto no es amor, es enganche. Se lo comenté y estuvo de acuerdo conmigo. Digamos que a nivel mental, su cabeza entendía la situación, la actitud de su ya expareja a lo largo de mucho tiempo no dejaba lugar a dudas sobre sus sentimientos hacia ella, pero siempre queda algo que nos hace pensar que hay posibilidad de mejora. De que en algún momento, la otra persona recapacite y cambie por completo, aunque haya tenido tiempo de sobra para demostrar que no está interesado en que llegue ese cambio, eso es el corazón. Difícil situación, cabeza y mente frente al corazón.

Todos deseamos ser felices, que nos vayan bien las cosas y si además son fáciles y llevaderas aún mejor. En este caso en concreto, la persona no estaba destrozada, podía reflexionar y veía con cierta objetividad cómo era su situación. Su miedo era volver a caer si su ex le llamaba para quedar o si le mandaba un mensaje y ella no podía evitar el contestarle. Eso le generaba cierta ansiedad y bastante culpa. Lo hablamos, lo miramos desde todas las perspectivas y le di mi opinión cuando me la pidió.

El corazón a veces manda sobre la cabeza, y hacemos cosas que pensamos que no deberíamos hacer y de ahí nuestra culpa. Pero tal vez, es necesario vivirlas para descubrir que no es la persona adecuada, que sufrimos más en su presencia que cuando estamos solas, o nos reafirmamos en que la decisión que hemos tomado es la mejor que podíamos tomar en ese momento para nosotras. Luego, ¿por qué sentirnos culpables, ante una situación que se presenta como una oportunidad para aprender? Si ya estamos sufriendo por la ruptura, que de por si suele ser dolorosa, vamos a intentar ver el lado positivo, ya que el lado negativo lo estamos palpando.

Para mi no entra la culpa, porque nos arrastra, nos lastra, nos deja sin fuerzas ni energía, que necesitamos para afrontar la nueva vida que nos espera. Nuestra propia recuperación como persona, la de nuestra autoestima y confianza, y ahí, no hay espacio para la culpa. Si para solucionar y curar las heridas que nos han provocado y que hemos hecho a los demás, porque tampoco somos angelitos y sin querer hacemos daño y debemos asumir nuestra responsabilidad.

Las relaciones amorosas, afectivas son complicadas y cada persona es un mundo. Sigo creyendo en el amor, en la fusión, en el respeto, en la correspondencia, en la complicidad y el trabajo en común para que la relación salga adelante. No seré yo quién juzgue a nadie por decisiones que tome.

Curioso, hoy ha llamado otra persona preguntando si hago amarres amorosos y limpiezas, más sobre enganches pero esta vez de otro tipo. He dado la misma respuesta de siempre, "No, no lo hago. Creo en la libertad del individuo, y en que me quieran tal y como soy, con lo bueno y lo malo". Me da que no le ha gustado escucharlo.


La foto de la imagen de es un Mandala mío, que se llama Triángulos Transparentes.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

El Mandala de la imagen me parece precioso, me gustan los mandalas.
Creo en la libertad de cada uno en el trabajo conjunto para superar aquello que quizás pueda separar. Sucede muy a menudo que a muchas personas les aterra quedarse solas, no es mi caso.
Me ha gustado tu post.

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Ana Morganas

Pues si, creo que también el tema de la soledad puede mucho en estas cuestiones. Yo prefiero estar sola a mal acompañada.

Me alegro que te guste el mandala.

Besotes guapa.

EriKa dijo...

Que difíciles que son las relaciones, no siempre a la persona que se quiere es la que te hace más feliz o al reves, la vida pone por delante obstáculos para superar y así aprender, pero a nadie le gusta sufrir y eso da tanto miedo que hace que no acaben de tomar la decisión.
Tengo conocidas que les da mucho miedo la soledad.
Como siempre, me ha gustado lo que escribes.
Besos.

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Erika

Ya creo que las relaciones son difíciles y muchas veces no lógicas. Amamos a quien no nos ama y somos amados por quien no queremos, menos mal que existe el amor correspondido :D.

Estoy contigo en que mucha gente no sabe o le da miedo la soledad, y entonces se engancha a un clavo ardiendo, aunque tal vez hay otros motivos, como el qué dirán, el status, el miedo al fracaso...

Si me dan a elegir me quedo con mejor bien acompañada que sola :D:, pero sola a mal acompañada, más que nada porque la experiencia es un grado.

Un placer como siempre leerte.

Besotes guapa.

Retroclásica dijo...

Muy buena tu reflexión y suscribo por completo todo lo que dices. Creo que cuando una persona pide un amarre en realidad se agarra a un clavo ardiendo. Opino que es mucho mejor, más práctico y menos doloroso, aprender a asumir nuestras pérdidas y desencuentros. Es una forma de conocernos mejor, de saber cuáles son nuestros límites y depurar nuestra capacidad de relación social y emocional. Eso implica mucho trabajo, energía, renuncia, asunción de defectos personales que no nos gustan. Pero, con el tiempo, somos capaces de cruzarnos por la calle con quien en un tiempo hubiéramos querido "amarrar" y que eso no nos duela. Eso se llama madurez. Por experiencia.

Mandalas, recuerda que tenemos una cervecita y charla pendiente este mes. Cuando te plazca. Y me toca a mí, ¿eh?

Hada Saltarina dijo...

Pues sí, el amor no correspondido es muy pero que muy doloroso; y muchas veces resulta realmente difícil "desengancharse". Creo que tenemos que vivir nuestras experiencias, nuestros desafíos, y aprender de ellos; a veces cuesta más, a veces cuesta menos, pero la realidad sale a la vista y un día uno sabe muy bien cómo actuar y empieza a sentir diferente; como muy bien dice Fanny, un día descubre que no siente nada por la otra persona. Ayer leí el texto, pero no estaba inspirada para aportar algo; tampoco es que lo haya hecho ahora pero es una forma de charla ya que lo de la cervecita que propone Fanny lo veo más complicado en nuestro caso. Besos

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Fanny

Sí, pensamos lo mismo, pero llevaría aún más lejos el tema de los enganches, no sólo al amor, a la amistad, a los amuletos, talismanes, fobias, miedos... nos enganchamos a lo que sea.

Totalmente de acuerdo contigo, madurez, compromiso y experiencia. Lo has expresado mejor que yo. :D. Da gusto leerte.

Por supuesto, nos toca la cervecita o lo que sea. Cuenta conmigo.

Besotes guapa.

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Hada guapa

Si, lo nuestro tendría que ser una cervecita virtual. Con Fanny es más fácil, entre otras cosas, porque vivimos en la misma ciudad.

El "enganche" y "desenganche", las dos Fanny y tú habláis, de lo mismo y me parece muy interesante. Para llegar a "desengnacharnos" tenemos que pasar por muchas pruebas y experiencias que nos da la madurez. Duele pero merece la pena.

Aunque sigo pensando que el enganche al amor sólo es uno de esos tantos enganches a los que llamamos apoyos.

Besotes guapa.

La Gata Coqueta dijo...

Te entregaría
una urna
llena de estrellas

Y al abrirla
te encontrarías
hipnotizada

Acompañada
de mariposas encantadas
que te bordearían

Batiendo ufanas sus alas
por el fin de semana
que se avecina

Y al cerrarla
se iría
la belleza y la magia

Que guardan
esmeradas hadas
entre sedas rosadas
el resto de los días...

María del Carmen

Desdemismontañas dijo...

---Dice la copla:
Son las cosas de la vida, son las cosas del querer, no tienen fin ni principio, ni "tién" cómo ni por qué............

---Decía San Pablo en su Carta de los Corintios:
Carta de San Pablo a los Corintios 13, 1-13
"Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.

Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.

Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.

El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.........

--- y digo yoo: uuufffff,¡¡que simple y que complicado es el tema de amores y relaciones!!

Besote Mandalas.

Aurora Díaz dijo...

Hola:

Sí, en consulta se presentan casos de enganches, de coodepencia, diría yo. Lo que ocurre es que la gente se enamora y punto. El coraje, el miedo y la culpa, de los 3 el más subterfugio es la culpa. Suelo aclararles a mis consultantes: "no eres culpable, eres responsable". Cuando se siente culpa es terrible, especialmente en una relación de "amor". Esto impide el florecer de un amor sano.

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Gata guapa

Feliz fin de semana para ti y los tuyos, y espero que sea igual de bonito que tu poesia.

Besotes.

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Montañas guapa

Me encanta esa copla. La leía y sonaba en mi cabeza y desde luego que razón tiene. Muy bonito el escrito de San Pablo a los Corintios, el amor lo puede todo. Si señor. (Me falta la pancarta reinvidicativa).

Muy complicado el tema de las relaciones amorosas, pero cuando van bien qué maravilla.

Besotes guapa.

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Aurora

Menos mal y qué afortunados somos al ser responsables de nosotros mismos, otra cosa es nos asuste o no guste serlo.

La culpa es uno de los mayores lastres que tenemos porque además de limitarnos, nos impide crecer positivamente como seres.

Besotes.