
Si os apetece continuar leyendo sobre la comunicación con los seres queridos ya fallecidos, la mediumnidad, etc., os invito a conocer otro blog mío, que trata de estos temas. Se llama, Comunicación entre dos mundos, vida y muerte.
Hace unos días, estando en consulta, una persona me preguntó si podía saber quiénes eran sus ángeles de la guarda. Mi respuesta fue sencilla, si, si se dejan ver.
Da igual si les llamamos amigos invisibles, ángeles de la guarda, guías, etc., pues su misión es similar, ayudarnos y velar por nosotros. No siempre son familiares que ya han partido, pueden estar a nuestro lado seres que sienten una afinidad especial por nosotros, por compartir unas mismas metas, proyectos, por vivir situaciones similares, etc.
Podré un ejemplo. Aunque puedo ver a mis guías, prefiero que sea otra persona quién me hable de ellos. Durante los años que estuve trabajando en la Feria de Esoterismo de San Sebastián, acudía a Joyce Morgan, tras su muerte continuó su trabajo Sergio Gozzi. Pedía un objeto personal, un reloj, un anillo... Lo tocaba y al momento su mano empezaba a moverse. Comenzaba por una ceja hasta que aparecían el resto de los rasgos de una cara, era el retrato del guía que estaba en ese momento. Siempre me sorprendió que un año estaba un familiar distinto y al siguiente era otra persona, una monja, un médico chino, un indio americano...
Hay veces que un mismo ser permanece toda su vida con nosotros. Según vamos creciendo y evolucionando, también lo hacen nuestras necesidades. En estos casos, es cuando nos acompañan otras energías, otros seres, que aportan la fuerza, la sabiduría y el consejo que necesitamos. Además de ancestros, seres queridos y familiares, también pueden estar seres de luz.
Estos seres se comunican con nosotros. Normalmente para que podamos entenderles, escogen la forma más sencilla, los sueños. En otras ocasiones, podemos oír una voz interior, oler un aroma, ver que un objeto cambia de lugar de manera inexplicable, sentir una caricia invisible y sobre todo, podemos tener la certeza de que aunque no podemos explicar qué pasa, en el fondo conocemos qué ocurre. Solemos pensar, si lo cuento me van a tomar por loca. Pero pasar, pasa. Y otras veces, acuden a personas que como yo, podemos conectar con ellos.
Los mensajes que nos transmiten son variados, de ánimo, tranquilidad, amor, perdón, ayuda, espirituales...
Este fin de semana, estarán un poco más presentes. Habrá quien acuda a los cementerios para visitarles. Tendemos a pensar que estarán allí, pero habitualmente están junto a nosotros en casa, en el trabajo, en la calle. Nos comunicamos con ellos a través del corazón y al escucharnos acuden de manera inmediata en nuestra ayuda. El tiempo y el espacio no existe para ellos de la misma manera que para nosotros.
No llevaré flores a ninguna tumba. Haré lo que hago todos los días. Dedicaré un tiempo a mandarles mucho amor, paz y luz. Les pediré que me ayuden a guiar mis pasos, les mandaré mi agradecimiento por estar junto a mi, por ayudarme a seguir caminando y aprendiendo. Y al final, les daré un beso gigantesco.
Desconozco quién es el autor de la foto. No tiene copyright.
Hace unos días, estando en consulta, una persona me preguntó si podía saber quiénes eran sus ángeles de la guarda. Mi respuesta fue sencilla, si, si se dejan ver.
Da igual si les llamamos amigos invisibles, ángeles de la guarda, guías, etc., pues su misión es similar, ayudarnos y velar por nosotros. No siempre son familiares que ya han partido, pueden estar a nuestro lado seres que sienten una afinidad especial por nosotros, por compartir unas mismas metas, proyectos, por vivir situaciones similares, etc.
Podré un ejemplo. Aunque puedo ver a mis guías, prefiero que sea otra persona quién me hable de ellos. Durante los años que estuve trabajando en la Feria de Esoterismo de San Sebastián, acudía a Joyce Morgan, tras su muerte continuó su trabajo Sergio Gozzi. Pedía un objeto personal, un reloj, un anillo... Lo tocaba y al momento su mano empezaba a moverse. Comenzaba por una ceja hasta que aparecían el resto de los rasgos de una cara, era el retrato del guía que estaba en ese momento. Siempre me sorprendió que un año estaba un familiar distinto y al siguiente era otra persona, una monja, un médico chino, un indio americano...
Hay veces que un mismo ser permanece toda su vida con nosotros. Según vamos creciendo y evolucionando, también lo hacen nuestras necesidades. En estos casos, es cuando nos acompañan otras energías, otros seres, que aportan la fuerza, la sabiduría y el consejo que necesitamos. Además de ancestros, seres queridos y familiares, también pueden estar seres de luz.
Estos seres se comunican con nosotros. Normalmente para que podamos entenderles, escogen la forma más sencilla, los sueños. En otras ocasiones, podemos oír una voz interior, oler un aroma, ver que un objeto cambia de lugar de manera inexplicable, sentir una caricia invisible y sobre todo, podemos tener la certeza de que aunque no podemos explicar qué pasa, en el fondo conocemos qué ocurre. Solemos pensar, si lo cuento me van a tomar por loca. Pero pasar, pasa. Y otras veces, acuden a personas que como yo, podemos conectar con ellos.
Los mensajes que nos transmiten son variados, de ánimo, tranquilidad, amor, perdón, ayuda, espirituales...
Este fin de semana, estarán un poco más presentes. Habrá quien acuda a los cementerios para visitarles. Tendemos a pensar que estarán allí, pero habitualmente están junto a nosotros en casa, en el trabajo, en la calle. Nos comunicamos con ellos a través del corazón y al escucharnos acuden de manera inmediata en nuestra ayuda. El tiempo y el espacio no existe para ellos de la misma manera que para nosotros.
No llevaré flores a ninguna tumba. Haré lo que hago todos los días. Dedicaré un tiempo a mandarles mucho amor, paz y luz. Les pediré que me ayuden a guiar mis pasos, les mandaré mi agradecimiento por estar junto a mi, por ayudarme a seguir caminando y aprendiendo. Y al final, les daré un beso gigantesco.
Desconozco quién es el autor de la foto. No tiene copyright.