La energía Matrix

El sábado pasado fui a un Workshop o taller de Matrix. No sabía exactamente en qué consistía y quería experimentar por mi misma la energía. Estuvimos un grupo de nueve personas, Ana, la especialista en Matrix y ocho personas que estábamos deseando probar qué era eso. La energía que se recibe es individual para cada uno de los asistentes.

La energía Matrix, conecta con la matriz, de ahí su nombre, es decir con la esencia de cada uno, y ayuda a eliminar bloqueos, disolver tensiones, dolores, a todos los niveles, físicos, emocionales, etc. 

No se trata de una terapia, sino de una conexión que se realiza a través de dos puntos que provoca o ayuda a recibir la energía necesaria para superar, desbloquear una situación. Por poner un ejemplo, se puede pedir desde la desaparición o alivio de un dolor de espalda, armonía en el trabajo, casa, encuentro de amistades, pareja, trabajo, etc.

Se trabaja desde la intención. Cada uno de nosotros, elige qué asuntos necesita o quiere trabajar, y pone la intención en ello. A partir de ese momento, la energía comienza a fluir y se vive en oleadas o con forma de olas. 

Estás de pie, con los ojos cerrados y a tu lado está la persona que hace de enlace con la energía y es la que coloca las manos y utiliza la técnica de los dos puntos. No tienes que hacer nada, salvo pensar y poner la intención en lo que deseas trabajar, del resto se encarga la persona especialista en la energía. Sientes bienestar, tranquilidad y de repente, llega un suave empuje, como si de una ola se tratara que te impulsa hacia atrás. El cuerpo cae y siempre hay una persona detrás para que nadie sufra ningún daño. Permaneces un rato tumbado, el tiempo que se necesite, y de nuevo vuelves a recibir una ola, o es decir, la energía.

En mi caso, trabajé tres aspectos. Soy cabezota y pensé que permanecería en pie todo el rato. No sentía miedo, ni falta de confianza, pues sabía perfectamente que había una persona pendiente de mi. Fui consciente de que no estaba fluyendo y debía confiar en lo que estaba viviendo y me dejé ir. Caí hacia atrás de una manera suave, era una sensación muy agradable. En mi intención había tres temas que trabajé y la sensación fue igualmente agradable en las tres. También en cada una de ellas, recibí información en forma de imágenes de cómo iba desarrollándose el trabajo energético.

Tras finalizar el taller y una vez pasadas varias horas de él, me di cuenta que me sentía muy bien, muy cómoda, segura, más ligera, no había preocupaciones en mi mente. No es que antes me sintiera o estuviera  mal, al revés; me sentía muy bien, pero si noté que la energía recibida estaba ayudando a reforzar lo bueno y positivo de mi, enseñándome qué podía o debía potenciar de mi misma.

A lo largo de la semana, me he dado cuenta de que no he vuelto a pensar en mis peticiones. No sentía ninguna necesidad de pensar en ello, ni de quedarme enganchada a la petición. Mi mente había dado por realizado lo recibido y sintiendo que estaba en marcha todo lo solicitado, por lo que pensar en ello, no merecía la pena. De nuevo, fluyendo en la consecución de lo pedido.

Fue una experiencia muy bonita, muy especial, relajante, gratificante y que volveré a repetir. Os animo a probarlo.

La imagen está sacada de internet.