martes, 12 de octubre de 2010

La muerte, el suicidio y la Luz

Si queréis seguir leyendo más sobre éste tema, os invito a leer otro blog mío dedicado a la mediumnidad, a la comunicación con los seres queridos ya fallecidos, se llama Comunicación entre dos mundo, vida y muerte.

Natalia me preguntaba en un correo entre otras cuestiones, si las personas que se han suicidado se quedan en el limbo en una especie de bucle temporal o por el contrario avanzan y continuan su camino.

La muerte, es ese tránsito inevitable por el que todos debemos pasar antes o después. Voy a hablar desde mi experiencia, al margen de la religión y de la filosofía.

Todos los seres al morir pasamos a un plano en el que disponemos del tiempo suficiente para revisar nuestra vida y tenemos la oportunidad de seguir evolucionando, dando igual si nuestra muerte ha sido provocada por nosotros o por otros; ha sido accidental, natural o debida a una enfermedad. Lo que en esta vida, en este plano material, llamado tierra damos importancia, pasado al plano espiritual carece de ella. Intentaré explicarme mejor.

La muerte por mucho que nos asuste, nos de miedo, es mucho más sencilla de lo que parece. Dejamos de vivir en el plano físico para hacerlo en el plano espiritual. Da igual si somos ateos, agnósticos, religiosos practicantes o no. Una vez en el otro plano, estos conceptos desaparecen y en consecuencia también lo hacen las etiquetas que ponemos a lo bueno, a lo malo; al premio, al castigo; es decir, al cielo y al infierno. Dependerá de nuestra formación intelectual o religiosa que demos unos nombres u otros a lo que ocurre, el paraíso, Dios, la Energía, Luz, Amor, etc... Lo mismo sucede con la culpa, el castigo, el infierno.

Aquí en la tierra tenemos el concepto de que suidarnos es atentar contra Dios, luego es pecado. Se nos olvida que el ser humano tiene libre albedrío y significa que puede elegir, por muy duro que sea, la manera de morir. Quiero dejar claro que diciendo esto no estoy animando a nadie a quitarse la vida.

En cuanto a mi experiencia con seres que decidieron suicidarse es similar a los que lo han hecho de otra manera. Cada ser vive su transición según su conciencia, su grado de evolución, dando igual si ha sido un ermitaño, un asesino, un santo, etc. Indudablemente un ser que ha tenido una vida complicada, compleja, dolorosa, atormentada, necesitará más tiempo para serenarse y comprender sus decisiones que otro que ha tenido una vida más armoniosa. En el plano espiritual, no existe la culpa, el castigo. Está el Amor que todo lo arropa; nos da libertad para recapacitar, reconsiderar nuestros hechos y la oportunidad de quedarnos entre nuestros seres queridos o seguir avanzando en nuestro camino evolutivo.

Recuerdo dos casos en los que dos personas habían decidido quitarse la vida. En el primero de ellos, una madre, necesitaba entender porqué su hija había tomado una decisión tan dura y límite. Apareció la chica, estaba llena de luz y de amor.

Viendo el sufrimiento de su madre, ésta se sentía culpable por no haberlo podido evitar, su hija sólo tuvo palabras de cariño para ella. Le explicó todo lo que su madre necesitaba saber y sobre todo, le dejó muy claro que no era culpa de nadie, que ella estaba muy bien, que había aprendido de aquella experiencia, estaba llena de paz, rodeada de familiares y continuaría estando cerca de su madre y sus hermanos, ayudándoles y acompañándoles siempre que le necesitaran.


Esta madre se sintió liberada al ver que su hija estaba bien, y aunque el dolor no había desaparecido, me comentó que había sentido una paz muy grande al poder hablar con ella y entender cómo y porqué había sucedido todo.

En el segundo caso, esta vez era un chico que después de varias intentonas había conseguido irse dejando una familia desconsolada. No había sido capaz de enfrentarse a una situación que a él le resultaba insuperable.

También esta vez era una madre la que se comunicó con su hijo. El fallecimiento había sido hacía poco y el chico estaba en pleno proceso de transición. Constantemente pedía perdón a su madre por su marcha. Necesitaba sentirse perdonado para poder seguir avanzando. Su madre le dijo que le había perdonado desde el primer momento. Al principio, le costó entender que nadie le culpaba de nada.

Su madre, habló con él, le comentó que le perdonaba aunque no entendía la decisión que había tomado. Le pidió que avanzara, que se liberara de su propia angustia y que se fuera tranquilo. Poco a poco, el chico se fue tranquilizando. Finalmente pudo dar el paso, yéndose a la luz.


Al final, cuando pasamos al otro plano, lo que nos retiene somos nosotros mismos, ya sea porque necesitamos más tiempo para reflexionar, avanzar o porque hemos decidido quedarnos para ayudar a los que queremos, no la forma en que hemos muerto.



La imagen de la foto la he sacado de imágenes de Google y desconozco quién es su autor.

14 comentarios:

EriKa dijo...

Es un tema muy interesante y me ha gustado que lo explicaras desde tu experiéncia. Siempre hay ese miedo a lo que pasa después de morir y poder saber lo que sienten las personas que se van debe dar mucha paz.
Me parece mucho más creible lo que explicas, que lo que se dice si una persona se suicida, estoy de acuerdo en que cada uno tiene libre albedrío y puede decidir lo que quiere hacer con su vida, con ello tampoco animo a nadie a que lo haga, de por si la vida ya es lo suficientemente corta.
Eres estupenda.
Besos.

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Erika

Si, todos tenemos miedo a morir y creo que se debe a que no nos han preparado para ello.

Si contando lo que vivo en la consulta y en mi vida diaria puede ayudar a alguien, me doy con un canto en los dientes ;).

Tú si que eres estupenda y como siempre te digo, es un placer leerte.

Besotes enormes.

Hada Saltarina dijo...

Creo que tienes razón: "lo que nos retiene somos nosotros mismos". Impresionante tu testimonio. Besos

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Hada

Me gusta mi trabajo. Hay veces que resulta duro por las circunstancias que lo rodea, especialmente en las muertes prematuras, hijos que se van antes que los padres, etc. A pesar de ello, mi don me permite poder ayudar a los demás en situaciones difíciles, dolorosas y es muy gratificante hacer de enlace.

Besotes enormes guapa.

angelitapapafrita dijo...

Encantada de conocerte amiga Mandalas. Siempre he sido un poco escéptica aún despertando en mí curiosidad todo lo relacionado con la vida después de la vida. Hay mucho desalmado que frivoliza con algo tan serio y frágil como los sentimientos. No soy especialmente "sensitiva" (al menos que yo sepa)pero me sorprendo en estos momentos de duelo por la pérdida de mi Madre sintiendo paz. Una paz agridulce, extraña. Tengo momentos malos, muy malos pero siento como si abrazasen mi alma. No sé como describirlo.
Hace poco leí "La muerte: un amanecer" de la Doctora Kübler Ross y no sé que cambió dentro de mí. Un abrazo grande.

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Angelita

Bienvenida a este rincón.

Gracias por compartir con todos nosotros tu opinión y sentimientos en un momento tan delicado para ti.

Conozco el libro que mencionas y me parece una maravilla. Mi experiencia personal y profesional va en esa línea. Reconocía lo que describía ella con lo que he vivido.

En cuanto un ser querido se marcha, muchas veces suele quedarse hasta sentir que los que le quieren están mejor. La sensación que podemos percibir puede ser de paz, de sosiego, inclusive de abrazo de alma.

No se cuál es exactamente tu grado de sensitividad, pero no me cabe duda que lo que sientes es real. Te sugiero, si te apetece, que te dirijas a tu madre y le hables con el corazón, como si estuviera delante tuyo. Tal vez, te lleves sorpresa muy agradable.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Como dice Erika es un tema interesante y me ha gustado como lo has explicado.

Un saludo

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Bardinda

Muchas gracias por tus palabras. Realmente es complicado hablar de estos temas de manera sencilla contando lo que ese sobre ello.

Me alegra que te haya gustado.

Besotes.

M. J. Verdú dijo...

Un placer visitarte y leerte.

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola María Jesús

Igualmente, te deseo una feliz semana.

Besotes.

Desdemismontañas dijo...

Hola Mandalas
Voy a contarte una de mis experiencias con seres fallecidos, y lo hago por lo que tu nos dices sobre el LIBRE ALBEDRÍO.
Mis experiencias han sido diferentes; diferentes espacios, diferentes vistas, diferentes sensaciones.

Mira: en esta ocasión que te voy a comentar veía yo diferentes espacios, sensaciones diferentes, y sentía yo que esta persona tan querida y llorada por todos NO estaba en el lugar que yo percibía como ideal para El. No recuerdo todo lo que hablamos, pero, si mi pregunta. Le pregunté, por qué te quedas aquí (un lugar que yo sentía cercano y sombrío) y no allí (lugar más lejano pero más luminoso) y que yo le señalaba porque sentía que aquel otro lugar -el de más LUZ- era el ideal para El.
Su respuesta fue: Quiero estar con mis hijos.

Te añado: Nos dejó pronto, se fue hace unos años y muy joven; fue una persona brillante, una estrella, unas prodigiosas manos para intervenir y cortar enfermedades. Eligió, y eligió, irse cuando quiso y como quiso. En esta vida, las circusntancias, la astucia, la libertad de otros, le alejaron de sus hijos, SI, y esa era su cruz.
El eligió otra forma de estar con ellos......

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Montañas guapa

Gracias por contarnos tu experiencia.

Al morir podemos elegir si continuar nuestro camino hacia la Luz o quedarnos para realizar una misión.

Por lo que comentas, él estaba en el lugar que había decidido estar y aunque le enviaras a la Luz, sabiendo que ese era su sitio, su deber, el deseo o una labor interrumpida y no terminada, han hecho que tomara esa decisión, la de quedarse.

Me inclino a pensar que finalmente se habría dado cuenta que su labor como padre no había terminado y que podía aportar mucho desde el plano espiritual.

Se irá a la Luz cuando él lo decida.

Un besote grande guapa.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en todo, pero el suicidio por que sí, que no tiene nada que ver con una eutanasia bien aplicada, es un atentado a la propia vida...
Creo en la reencarnación como un merecimiento por amor del universo a establecer una mejor experiéncia. La vida en la tierra no es mala, somos nosotros los que nos perdemos en sus circunstáncias.
Los seres que se suicidan por que si mismos solo por que sí... impulsivcamente, depresiones, ataques de locura, etc... por lo general vuelven rápido a nacer para superar lo que les ha encegado.
Es cierto, todo es amor, y la reencarnación hay que verla como una bella oportunidad de la luz.
No hay suficiente con pedir perdón y a vivir en la glória plena, hay que demostrar activamente que se ha estudiado, comperendido y aprobado.
La vida en la tierra es una escuela y si te desentiendes vuelves a repetir las verces necesarias.
Por otro lado la eutanasia tendría que establecerse legalmente. Hay casos que lo merecen.
Todo está entrelazado, el mundo visible y el no invisible, y cuando seamos conscientea andaremos de un lado a otro quando queramos sin necesidad de suicidios.
Hau libre albersdío, sí, pero solo en una parte. El universo también comparte. No podemos evadir todas las leyes solo por gusto y egoiosmo.



Grácisa.
Un abrazo.



Un abrazo.

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola Olga i Carles

Me han gustado mucho tus reflexiones. Estoy de acuerdo contigo en que aquí, en la tierra, venimos a aprender, es una gran escuela, y el que no aprende, vuelve de nuevo.

Tampoco estoy a favor del suicidio, pero puedo llegar a entenderlo.

Muchas gracias por compartir tus pensamientos. Es muy enriquecedor.

Un saludo.