domingo, 30 de mayo de 2010

Fin de semana entre celebración y descanso

Fin de semana variado, como el tiempo que hace en el calle, ayer medio soleado y hoy con sirimiri. En 48 horas dos cumpleaños y un aniversario de boda, más rugby, más música y necesidad de descanso.

Es bonito poder celebrar cumpleaños, al menos a mi me encanta celebrar el mío. Hay a quienes les resulta difícil asumir el paso de la edad o tener que estar de buen humor sólo por el hecho de ser un día especial. Hoy es el cumpleaños de una buena amiga y también su aniversario de boda y mañana el de mi hermana. Se celebrarán de manera distinta, aunque discreta porque ellas son así. Desde aquí muchas felicidades a las dos y zorionak.

Aún recuerdo una pequeña conversación que tuve hace muchos años con una amiga cuando estábamos celebrando que cumplía 28 años, lo vivía como una tragedia. No se habían cumplido las expectativas que había previsto para entonces, no se había casado, no tenía hijos... Lo decía llena de angustia y terror. Su ideal era volver a los 18 años. No porque consideraba que fuera una vida más feliz, sino porque los 18 años le daban una perspectiva de horizonte abierto en el que todo es posible.

Debo ser muy rara porque me cuesta entenderlo. No volvería ni loca a los 18, ni a los 33, ni a los 42. Siempre digo que mi mejor edad es la que tengo en la actualidad, 43. El próximo año, serán los 44 y así sucesivamente.

En primer lugar, porque estoy viva, he aprendido y sigo en ello. En segundo lugar, me da mucha pereza tener que volver a vivir las mismas cosas que ya he vivido, porque aunque quiera, por mucha vuelta hacia atrás, me temo que volvería a repetir los mismos errores, los mismos aciertos, tomaría las mismas decisiones que me han hecho ser quién soy yo ahora.

La experiencia es un grado y los años más, tanto en lo bueno como en lo no tan positivo. Me pregunto, ¿si volviera atrás dejaría de tener este conocimiento actual de mi misma o en el caso de estar asumido e integrado en mi, actuaría de manera distinta? Luego si fuera así, ya no sería quien yo soy, sería la misma persona pero posiblemente con otras ideas, valores, vivencias... O tal vez, siguiera siendo la misma persona que soy ahora, porque más o menos siempre he tenido los mismos valores e ideas. Esto de hacer ciencia-ficción y filosofía pueden conmigo, jajaajaa. Mejor lo dejo aquí.

Estoy escribiendo mientras escucho música. Esta vez, suena, "Si dolce e l´tormento" está en el disco Teatro D´Amore, de L´Arpeggiata con madrigales de Claudio Monteverdi cantados por el contratenor Jaroussky.

Música envolvente, relajada, íntima, llena de matices, de colores y sensaciones. Llega al corazón en forma de olas y ondas, y me dejo llevar... Mañana tal vez necesite escuchar a los Scorpions, pero hoy es día para fluir, sentirse arropada y dejarse mimar por los sentidos.

He encontrado en youtube este video en el que se escucha este madrigal. Más que nada por si os apetece escucharlo.



La foto de la imagen está sacada de la red y desconozco el autor porque no figura en ellas.

martes, 25 de mayo de 2010

Lo prometido es ... contarlo

Si queréis seguir leyendo más sobre éste tema, os invito a leer otro blog mío dedicado a la mediumnidad, a la comunicación con los seres queridos ya fallecidos, se llama Comunicación entre dos mundo, vida y muerte.

Al fin he tenido unos instantes para poder encender el ordenador y sentarme a escribir esta entrada.

Os cuento lo que ocurrió el sábado durante la charla y la canalización, al menos todo lo que se puede contar y de todo aquello que me acuerde.

Estábamos unas veinte personas. Hubo una pequeña presentación sobre mí y mi trabajo. Después me cedieron el turno y comencé a hablar sobre cómo comencé en este mundo, lo que veía y lo que no, cómo ayudar a los seres en tránsito, a mandar luz, a guiar, sobre cómo me sentía al hacerlo... También conté pequeñas pinceladas de otras cosas como las familias de almas, la importancia del amor en nuestra vida, del enraizamiento, el equilibrio, etc.

La segunda parte fue de canalización. Poco a poco varias personas levantaron la mano y fui dándoles un mensaje a cada uno de ellos. Para unos, sus seres queridos les aportaban alguna información sobre algún hecho puntual que les estaba sucediendo en el momento actual de su vida. Otros, en cambio, tuvieron mensajes más espirituales también de sus guías y otros de seres más elevados. La verdad que hubo de todo.

Me llamó la atención que la gente se emocionó mucho, algunos lloraron, pero en sus caras se veía felicidad. Al terminar, algunos de ellos se acercaron a mi, y me dijeron que habían recibido la información que necesitaban, otros que gracias a lo escuchado habían podido confirmar cosas o situaciones que ya sabían. Me alegré mucho por ellos.

Me gustó ver entre la gente a una persona escéptica. Fue el primero en solicitar y en recibir un mensaje. Después de la canalización hubo un tiempo para hacer preguntas y levantó la mano. Quería creer en todo pero no podía y me pedía ayuda. Quería saber si todos recibimos mensajes y si somos capaces de percibirlos. Le contesté que si, que todos los tenemos, y cuanto más abiertos estemos a ello, más fácilmente podremos escucharlos.

Terminada la charla, se acercó a mi, y volvió a insistir en que quería creer y no podía. Que le había gustado mucho lo que había dicho pero ..... Le contesté que me encantaba que fuera escéptico porque así es como nos planteamos las cosas y no perdemos nuestro eje, nuestro equilibrio. Continué diciéndole: "El día que recibas un mensaje y lo sientas como tal, no tendrás dudas, lo sabrás, tendrás la certeza absoluta de lo que estas viviendo. Hasta ese momento intenta estar abierto y disfrutar de la vida". Me dio un abrazo y las gracias.

Fue un día muy intenso, de muchas emociones. Vi muchas caras emocionadas, sonrientes, ojos llorosos, y vi felicidad. Me sentí en mi salsa, feliz y contenta. Si me vuelven a llamar, volveré encantada para repetir la experiencia que ha sido maravillosa.


La foto de la imagen está sacada de internet y desconozco quién es su autor. La he elegido porque creo que refleja lo que somos, una gota de agua en el todo. Las gotas son distintas y únicas pero juntas forman una gran unidad compacta, unida.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Dos breves noticias, una nueva y una deuda pendiente

Hoy toca día de noticias. Una es nueva y otra es una confirmación a algo anterior.

Comenzamos por lo nuevo, este sábado 22 de Mayo estaré en el "Centro de Terapias Integrales, Ki-Tri" de San Sebastián, a partir de las 16.00 horas. Daré una pequeña charla sobre la canalización, la mediumnidad, el acompañamiento de almas, en qué consiste, cómo trabajo, desde cuándo lo hago..... Después habrá una canalización grupal y posiblemente también mensajes individuales. Terminaremos con una pequeña meditación y reflexión sobre los mensajes.

Me han dicho que después de la conferencia y canalización, los que quieran quedarse podrán participar de unos tratamientos de Reiki que se harán en grupo. Esto comenzará a las 17.30 horas.

Si os apetece acudir, las plazas son limitadas y habría que avisar con antelación.


Y la otra noticia, es una deuda que tenía con vosotros. Encontré el libro de Marie Lise Labonté, "Las Familias de Almas", lo he leído y he comprobado que los enlaces que aparecen en internet sobre el libro son correctos.

En el libro también habla de cómo podemos conectar con nuestra familia de almas, de los distintos tipos de almas que existen, almas gemelas, almas hermanas primordiales..... Y como siempre aporta una serie de sencillos ejercicios para poder explorar y contactar con nuestra alma, nuestra esencia y en este caso, con nuestra propia familia o con otras familias de almas.

Me ha parecido un libro interesante, distinto y que aporta una mirada distinta sobre estos temas. Sobre todo, está escrito y enfocado al amor, a la fusión, al encuentro y reencuentro de los seres aquí encarnados y que no dejamos de ser almas, que venimos a esta tierra con ciertos "contratos" realizado con otros seres como nuestra familia terrena, amistades, situaciones delicadas que vivir, etc... Simplemente otra perspectiva que incita a la reflexión.

La foto de la flor está sacada de la red.

sábado, 15 de mayo de 2010

Día de pequeñas locuras divertidas

Hoy es un día en el que hay que salir a la calle vestida con traje de neopreno. Diluvia, hace mucho viento y frío. Un día que en teoría sería ideal para quedarse en casa pero he decido hacer una pequeña locura que me ha hecho ser niña de nuevo, no sentir ninguna preocupación salvo la de no salir volando por los aires y muy divertida.

Esta mañana, he cogido el anorak que es impermeable, un sombrero de lana como el que llevan los pescadores bretones para la pesca, botas katiuskas y un paraguas más de adorno que útil por el viento que hace. Pensado en el viento he decidido ir a ver si saltaban las olas en el Paseo Nuevo. La marea estaba en plena bajamar y se veían las rocas, el agua formaba pequeñas cascadas entre ellas, había olas pero no saltaban sobre la calle. Seguro que esta tarde en pleamar alguien se llevará algún pequeño susto al saltar las olas a la acera.

El mar estaba bravío, picado, rugía. Mirabas el color del agua y te perdías entre el gris oscuro del horizonte pasando por el aguamarina verdoso con ribetes blancos de la espuma de las olas, el verde esmeralda..... El cielo estaba gris, muy gris. Y de repente, de una lluvia intensa ha pasado a diluviar. No se podía abrir el paraguas porque el riesgo de convertirte en Mary Poppins y acabar inventado un deporte nuevo tipo kitesurf a lo donostiarra era muy grande.

La lluvia era una cortina de agua impresionante, el viento hacía que tuviera que sujetar el sombrero porque volaba y caminar inclinada para protegerme de él. No había un lugar para resguardarse. No era la única que estaba allí, paseando si. He me he cruzado con cuatro personas que estaban haciendo footing y bicicleta.

Alguien dirá que era una situación relativamente incómoda pero he sido feliz. La lluvia mojaba mi cara, sentía su sabor dulce, el agua y el viento hacían que se pegaran los pantalones a las piernas. Mi mirada iba al mar, a los grises, verdes, al monte Urgull e Igeldo, verdes intensos, al cielo y a la cortina de agua y me sentía viva, muy viva. Me he sentido niña, he jugado con el agua. Lo menos importante era mojarse, lo mejor divertirse, ser feliz en situaciones un tanto atípicas. ¿Cuántas veces hemos deseado poder ser mojados por la lluvia y sentirse Gene Kelly? Ha sido fascinante.

En cuanto he llegado a casa, he ido derechita a darme una ducha calentita que ha sido muy reconfortante. La ropa, sombrero y anorak incluídos, eran más impermeable de lo que pensaba, menos mal, y salvo los pantalones, el resto no ha calado.

Con la sensación de haber vivido una locura maravillosa ahora toca disfrutar de la tarde. Quién sabe todavía viviré más situaciones divertidas. Por cierto, sigue diluviando....


La foto es de la película Cantando bajo la lluvia.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Reflexiones en alto sobre el enganche amoroso

Ayer me quedé reflexionando sobre lo vivido durante una consulta de tarot. El tema una vez más era el amor, desde un punto de vista algo distinto, desde el enganche. Una relación finalizada, rota, en la que habían primado más las ambigüedades que las verdades, pero en el fondo, un deseo de una vuelta a empezar, a probar de nuevo.

La persona que consultaba ya había tomado la decisión con cierta deportividad pero su corazón no lo terminaba de aceptar. Tenía miedo de si al dejar todo zanjado, se perdía la gran oportunidad de su vida a nivel amoroso. Las pruebas no decían eso, pero cada uno es libre de tomar sus propias decisiones y de vivirlas de acuerdo a sus expectativas. Es lo mejor que tenemos, el poder elegir, el ser responsables de nuestras decisiones, el libre albedrío.

Para mi, esto no es amor, es enganche. Se lo comenté y estuvo de acuerdo conmigo. Digamos que a nivel mental, su cabeza entendía la situación, la actitud de su ya expareja a lo largo de mucho tiempo no dejaba lugar a dudas sobre sus sentimientos hacia ella, pero siempre queda algo que nos hace pensar que hay posibilidad de mejora. De que en algún momento, la otra persona recapacite y cambie por completo, aunque haya tenido tiempo de sobra para demostrar que no está interesado en que llegue ese cambio, eso es el corazón. Difícil situación, cabeza y mente frente al corazón.

Todos deseamos ser felices, que nos vayan bien las cosas y si además son fáciles y llevaderas aún mejor. En este caso en concreto, la persona no estaba destrozada, podía reflexionar y veía con cierta objetividad cómo era su situación. Su miedo era volver a caer si su ex le llamaba para quedar o si le mandaba un mensaje y ella no podía evitar el contestarle. Eso le generaba cierta ansiedad y bastante culpa. Lo hablamos, lo miramos desde todas las perspectivas y le di mi opinión cuando me la pidió.

El corazón a veces manda sobre la cabeza, y hacemos cosas que pensamos que no deberíamos hacer y de ahí nuestra culpa. Pero tal vez, es necesario vivirlas para descubrir que no es la persona adecuada, que sufrimos más en su presencia que cuando estamos solas, o nos reafirmamos en que la decisión que hemos tomado es la mejor que podíamos tomar en ese momento para nosotras. Luego, ¿por qué sentirnos culpables, ante una situación que se presenta como una oportunidad para aprender? Si ya estamos sufriendo por la ruptura, que de por si suele ser dolorosa, vamos a intentar ver el lado positivo, ya que el lado negativo lo estamos palpando.

Para mi no entra la culpa, porque nos arrastra, nos lastra, nos deja sin fuerzas ni energía, que necesitamos para afrontar la nueva vida que nos espera. Nuestra propia recuperación como persona, la de nuestra autoestima y confianza, y ahí, no hay espacio para la culpa. Si para solucionar y curar las heridas que nos han provocado y que hemos hecho a los demás, porque tampoco somos angelitos y sin querer hacemos daño y debemos asumir nuestra responsabilidad.

Las relaciones amorosas, afectivas son complicadas y cada persona es un mundo. Sigo creyendo en el amor, en la fusión, en el respeto, en la correspondencia, en la complicidad y el trabajo en común para que la relación salga adelante. No seré yo quién juzgue a nadie por decisiones que tome.

Curioso, hoy ha llamado otra persona preguntando si hago amarres amorosos y limpiezas, más sobre enganches pero esta vez de otro tipo. He dado la misma respuesta de siempre, "No, no lo hago. Creo en la libertad del individuo, y en que me quieran tal y como soy, con lo bueno y lo malo". Me da que no le ha gustado escucharlo.


La foto de la imagen de es un Mandala mío, que se llama Triángulos Transparentes.

martes, 4 de mayo de 2010

Maestros casi anónimos y cercanos

Vivimos rodeados de personas que de manera más o menos directa intervienen en nuestra vida provocando cambios y transformaciones en nosotros. A estos seres les llamo Maestros.

No son Lamas, ni famosos gurús, son personas casi anónimas y cercanas, familia, amigos, conocidos, vecinos, compañeros de trabajo, parejas..... Sobre todo, me refiero a aquellos que con sus actitudes, posiciones y comportamientos poco favorecedores a nuestra causa son los que más nos ayudan a ser nosotros mismos.

Pondré un ejemplo más concreto. Hace ya muchos años, más de veintitantos, viví una situación complicada con un compañero de facultad. Ahora podríamos llamarlo mobbing o acoso en clase. Una conversación entre dos personas que están en desacuerdo llegó a convertirse en una especie de pesadilla larga y de un aprendizaje extraordinario para mi. Sin la primera dudo mucho que hubiera aprendido tanto y desde luego no sería quién soy para mi propio bien.

El desacuerdo personal llegó a convertirse en la comidilla de la clase, viví el abandono y vacío de los que hasta ese momento eran mis compañeros que al acercarse la otra persona desaparecían de mi lado por arte de magia y sin saber muy bien cómo, me vi envuelta en una situación que no era capaz de comprender por las dimensiones que había provocado. Todo el mundo se acercaba y me decía que lo olvidara todo, que no era importante, pero cuando vives día a día la humillación gratuita, la crueldad innecesaria y el desamparo, no es fácil. Por suerte, siempre queda un grupo que te apoya. Eran cinco personas que me dieron tranquilidad y consiguieron a su manera que me centrara más en mi y eso me llevó a pasar muchas horas pensando, reflexionando y meditando sobre cómo quería que fuera mi vida.

Reconozco que la única vez en mi vida que he llegado a odiar a alguien fue a esta persona. Lo pasé tan mal y aprendí tanto que jamás ha vuelto a ocurrir. Intentaba arreglar las cosas pero se volvían en mi contra. Era una lucha en contra de un muro que te derriba constantemente y te sientes perdida. Nunca le deseé ningún mal, sólo quería que se olvidara de mi existencia, ser totalmente transparente para él. Quería perdonarle pero no podía. Poco a poco, la situación fue pudiendo conmigo, la rabia y la ira se adueñaron de mi. Ver cómo me miraba y sonría, me revolvía las tripas. Era consciente que tenía que cambiar de actitud, de manera de pensar y ser más positiva, dejar que las cosas pasaran y centrarme en mi. Lo intentaba y seguía sin poder hacerlo. La teoría era fácil, la práctica no.

Pasó más de un año, y un buen día me levanté dándome cuenta que había caído en esta trampa yo solita, tenía la fuerza y el poder para darle la vuelta a la situación. Quería estar bien y lo iba a conseguir. Así lo hice. También me ayudó mucho el ser consciente de que la única que sufría era yo por algo que carecía de sentido y seguía siendo la única responsable de esta situación.

Poco a poco me recuperé, volví a ser yo misma, recuperé mi autoestima, mi confianza y empecé a ver que mi compañero no dejaba de ser una persona como yo misma, con su lado bueno y malo.

Empecé a valorar todo lo que me había aportado esta vivencia. Me enseñó a enfrentarme a mis miedos, a ver cara a cara el lado oscuro que está en nosotros y a vivir con ello, y también me mostró que sólo yo tenía la llave de cómo quería vivir mi vida. Él había provocado mucho dolor en mi pero realmente fue un regalo el que me hizo, pues me hizo ver que el camino lo hacemos solos y es nuestra responsabilidad cómo andarlo y elegimos si lo recorremos animosos y felices o por el contrario, nos aferramos al dolor, el victimismo y la angustia.

Desde ese mismo instante, me reencontré conmigo misma, con mi fuerza y mis ganas de ser feliz y que nadie, ni nada a lo que no diera permiso podría conmigo. Sentí una liberación interior, era libre. Me había dado cuenta que había sido mi peor enemiga pero ahora iba a ser mi mejor aliada. Ya no tenía nada que perdonar, al contrario, sólo podía agradecerle todo lo que había hecho por mi. Me había ayudado a crecer, a creer en mi, a sentar de nuevo las bases de mi vida y ver la vida con otra perspectiva. Y eso, no tiene precio.

La relación con él fue correcta y más tarde se marchó para hacer la especialidad en otra Universidad. Se que la vida le sonríe y me he alegro mucho por ello, porque aunque sea anónimo para vosotros, para mi es uno de mis grandes Maestros de esta vida.


La imagen de la foto es un Mandala mío y no tiene nombre.